WASHINGTON | El arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., emitió una declaración el 31 de mayo de 2020 sobre George Floyd y las protestas en las ciudades americanas que han tenido lugar en los últimos días. Esto sigue a la declaración del viernes de siete obispos estadounidenses presidentes de comités dentro de la USCCB (ver aquí).
A continuación, la declaración completa del arzobispo Gómez:
“El asesinato de George Floyd fue sin sentido y brutal, un pecado que clama al cielo por justicia. ¿Cómo es posible que en los Estados Unidos de América se le quite la vida a un hombre afroamericano mientras no se responda a las llamadas de ayuda y que su asesinato sea grabado mientras ocurre?
“Estoy orando por George Floyd y por sus seres queridos, y en nombre de mis hermanos obispos, comparto la indignación de la comunidad afroamericana y de quienes están con ellos en Minneapolis, Los Ángeles y en todo el país. La crueldad y la violencia que él sufrió no refleja a la mayoría de los buenos hombres y mujeres que forman parte de los cuerpospoliciales, quienes desarrollan sus deberes con honor. Lo sabemos. Y confiamos en que las autoridades civiles van a investigar este asesinato con mucho cuidado y van a asegurarse de que quienes cometieron el delito sean responsables.
“Todos debemos entender que las protestas que estamos viendo en nuestras ciudades reflejan una frustración y enojo justificados de millones de nuestros hermanos y hermanas, quienes aún hoy experimentan humillación y desigualdad solo por su raza y por su color de piel. Esto no debe ocurrir en Estados Unidos. El racismo ha sido tolerado ya por mucho tiempocomo parte de nuestra forma de vida.
“Es cierto lo que dijo el Rev. Martin Luther King, Jr., que las protestas son el lenguaje de los que no son escuchados. Debemos estar escuchandocon atención ahora mismo. En este momento, no debemos dejar de escuchar lo que las personas están diciendo a través de su dolor. Necesitamos, de una vez portodas, desenraizar la injusticia racial que todavía infecta a muchas áreas de la sociedad estadounidense.
“Pero la violencia de las noches recientes es autodestructiva y contraproducente. Nada se gana con violencia y mucho se pierde. Mantengamos nuestros ojos puestos en el precio de la verdad y del cambio duradero. Las protestas legítimas no deben ser explotadas por personas con distintos valores y agendas. Quemar y saquear las comunidades, destrozar el sustento diario de nuestro prójimo no nos permite avanzar en la causa de la igualdad racial y de la dignidad humana.
“No debemos dejar que se diga que George Floyd murió en vano. Debemos honrar el sacrificio de su vida con la eliminación del racismo ydel odio de nuestros corazones y renovando nuestro compromiso de cumplir la promesa sagrada de nuestra nación, de ser una amada comunidad de vida, libertad e igualdad para todos.”
El obispo de San Agustín: Ni siquiera un asesino pierde su dignidad
JACKSONVILLE | El obispo Felipe Estévez ha publicado su quinta carta pastoral a los fieles de la diócesis de San Agustín. El documento de 20 páginas se titula: “Defender la dignidad de toda la vida humana”: Carta Pastoral sobre la Pena Capital en Florida, y trata las enseñanzas de la iglesia sobre el valor intrínseco y la dignidad dada por Dios a cada vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.
“Creemos que Dios —y sólo Dios— es el autor de cada ser humano, y sólo Dios debe determinar el final de esa vida”, escribió el obispo Estévez. Se basa en la sabiduría y la experiencia de los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI, Francisco y su predecesor, el difunto obispo John J. Snyder, que desafiaron al mundo a oponerse a la pena de muerte.
También mira a aquellos cuyas vidas fueron truncadas por su ministerio y su gran respeto por la vida humana, como San Maximiliano Kolbe, que voluntariamente tomó el lugar de un recluso condenado en Auschwitz, y uno de los sacerdotes de la diócesis de San Agustín, el padre René Robert, que abogó contra la pena capital 21 años antes de su asesinato en 2016.
En esta carta pastoral, el obispo Estévez destaca el esfuerzo de los obispos de Florida, que han trabajado incansablemente por una cultura de la vida, y de Dale Recinella, que ha servido durante más de 20 años en la diócesis atendiendo a los condenados a muerte.
El obispo Estévez también llama la atención sobre la dignidad de las víctimas de los acusados y sus familias, diciendo: “Una dimensión vital en nuestra oración y nuestra defensa recuerda a las víctimas … nunca deben ser olvidados”.
“Estamos llamados a defender la inviolabilidad y la dignidad de toda la vida humana, incluso cuando una persona cuya vida está en juego ha cometido grandes errores, como quitarle la vida a otra persona. Ni siquiera un asesino pierde su dignidad”, escribe el obispo Estévez.
Para descargar una copia de la carta pastoral, visite https://www.dosafl.com/wp-content/uploads/2020/05/PastoralLetter-DeathPenalty-SPANISH-min.pdf.